23/1/12

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Incluso en ocasiones contadas
he llegado a sentir que esto
no debería ser así.
Pongo en un marco acomodadas
todas mis expectativas
y dentro de ellas
cada deseo,
sueño
y anhelo.
¿Y ahora qué?
Arte objeto de cada momento.
Nada completo, nada estático.
Todo en movimiento.
Donde no puedo detener
el pensamiento
es donde intento controlar mis fantasmas.
No puedo
mantener desaceleradas
las alas de mis mariposas
ni tampoco crear un espacio alterno
para cada emoción.
Cuando marcas el tiempo
¿dónde lo plasmas?
Dejas rastros
de tiempos perdidos
donde antes habían destellos
de presentes añorados
y pasados olvidados.
Futuros invisibles
pero no intangibles
y
de pronto
todo se borra de la piel.
En otoños de los ojos
la razón no continúa.
Volvemos a lo elemental: control mental.
A su suerte
los sentimientos
de bondad y paciencia
y es cuando la soledad
marca su punto inicial.
De tus manos ya no brota
nada más que mediocridad
dejando la esencia de la perdición
en tu frente,
debajo de la nariz
donde sería imposible
la mierda no sentir.
Y viajas por los campos
vacíos del alma
otra vez
y te quieres perder
en sus manantiales
para calmar
tu sed.
Bebes momentos,
bebes
y no paras de beber.
Se hincha la piel
y todo pierde valor.
El agua ya no es agua es una ilusión.

Ayumi.

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