Te miro.

Estás aquí escribiendo tu nombre en mi piel, dejando las marcas de tus besos ardientes que incendian mi ser. Estás aquí palpitante, ampliando mis sentidos, creando universos dentro de mi cuerpo. Te siento dentro como esfera de fuego que recorre mi garganta y mi pecho. Cultivas emociones parpadeantes en mis manos y te incrustas en mis labios cual si fuera tu presa. Me aferro a tus caderas y siento esa paz eterna dentro de tus besos. Siento. Tu tacto recorre los espacios vacíos de ti en mi piel y me hace estremecer. Me gusta viajar en tus mareas y sentir tus brisas en mis piernas. Me gusta sentirme en ti eterna, constante, sincera, pacífica, yo. Sentirme tenue, sentirme intensa, ser bosque y tinieblas. Te toco. Vibraciones que recorren mis dedos y te siento mío, conmigo. Me aferro a tu boca que extasía mi ser. Me adhiero tu miel, esa que me eleva, me mantiene, me trae, me viene, me devuelve y me tiene contigo siempre. Me voy. Me pierdo en tus ojos que miran en fuego. Me siento eterna viajando en tu sonrisa. Me siento tuya. Me derrito entre tus notas y cabalgo hacia tus noches. Me quedo quieta entre tus manos y te miro, te miro.

Ayumi.