23/3/11

Luna Dorada


Esta vez la luna había sido cómplice de un delito y no un deleite.
Ya había pasado antes: esa sensación de callar las voces que gritaban dentro de su mente. Su cordura se había perdido en algún recóndito lugar de su cerebro y sus demonios controlaban su cuerpo. Sus ojos se nublaron y ya no era la persona que solía ser.

Caminó con la mirada hacia abajo observándose la palma de las manos. Aún no podía creer lo que había sucedido. Tenía una guerra interna de sentimientos que la atormentaban a lo largo y ancho de la calle. No había ningún sonido. No había nadie y, para sus ojos, no había nada solo imágenes que eran flashes en su mente y un hedor que le venía siguiendo, parecía, desde siempre. AL llegar a lo alto de la calle se detuvo a observar la cuidad y sintió la nada a sus pies. Una lágrima recorrió su mejilla hasta caer al suelo y el sonido le pareció estruendoso. Claro! Todo cambió.

Se sentó en la orilla de la banqueta viendo al lado Este de la cuidad. NO había vuelta atrás. Aunque parecía todo igual esta vez el remordimiento y la culpa carcomían su cerebro y su alma y creía que ese hedor venía de su cuerpo que se pudría a cada segundo. La sangre parecía parte de su ropa y en su piel la luna hacía que se viera como si un hoyo negro le estuviera devorando lentamente. Esta vez callar las voces le hizo perder la razón.

Mirando la hermosa luna dorada justo de frente lloró y no quiso despertar jamás.


Edith Rangel

22/3/11

Música


Bajo el árbol se sentó a escribir una poseía para ella. El clima era perfecto para que letras escribieran imágenes que tenía dentro de su cabeza y nublaban su mente de colores y aromas delicados que acariciaban su alma. Su voz se volvió música que flotaba entre las hojas y las flores. Miro hacia el frente con su lápiz a punto de escribir y se dio cuenta de que estaba enamorado.

- Thinking about you, My LoveH.-

Hadifantastica.

El mar en calma


NO pudo explicar con palabras lo que su sonrisa le quería decir. Todo lo que ella había soñado no se había vuelto realidad pero sentía que había llegado a ese paraíso del que todos los que se enamoran hablan.
Despertó deseando que la noche no hubiera terminado. Como todas las mañanas abrió los ojos sin previo aviso sintiendo la luz del sol en el rostro y tomó sus lentes de la repisa. Vio la hora y se acurruco un poco más. Dentro de las cobijas se hallaba un aroma que ella recordaba. Lo sintió a su lado. Despertó bruscamente y cuando abrió los ojos no estaba en su alcoba.
Todo el lugar olía a él. No importaba donde estuviera se sintió segura al darse cuenta que su cuerpo estaba rodeado por sus brazos y que se había quedado toda la noche a su lado. Acarició sus brazos. Pensó que no quería estar en ninguna otra parte.

El sol entraba por la ventana entreabierta por donde los espiaba el viento. Cuidadosamente volteó hacia él y de frente le acarició el rostro como queriéndose asegurar de la realidad. Las sábanas rosaban sus cuerpos desnudos y su cuerpo era como el mar en calma. En su mente solo proyectaba el momento en el que todo había comenzado...

Su caminar seguro fue lo que la cautivo. En su mirada el universo y las estrellas escribían el pasado, el presente y sus labios, para ella, el futuro beso que robaría aún sin saber porque ella sentía que todo había cambiado.
Su mirada tierna hipnotizo su alma. La seda de su vestido se ondeaba en el aire y su perfume inundaba la ciudad. Él no pudo evitar observarla detenidamente y captar toda su perfección.

El rumbo de ambos desapareció repentinamente y el tiempo se detuvo en ese contacto visual. Todo desapareció. El mundo era suyo. La luna los miraba y se volvía cómplice de la locura.

Él despertó cuando sintió sus manos en su rostro. --¡ Buenos días, mi amor! --.


Hadifantastica

11/2/11


Y miró de frente a ella con el sol esplendoroso que sentía en sus manos queriendo salir volando del balcón.
A sus pies el mar. Un mar morado que se difuminaba en el cielo rosando con las nubes rosadas y púrpuras. Estaba ahí sola con una canción que tocaba su alma.
Siente la brisa del mar en su rostro y siente el beso de paz. Por un momento se sintió completamente gloriosa. Sintió sus manos rodear su cintura y le dio un beso tierno en el cuello.
Estaban a expensas del lugar que todo mortal busca.

-¡Todos quieren llegas hasta aquí!

ESTO ES EL AMOR

13/8/10

Muchas mas.......


Pensó que todo en su vida era perfecto pues tenía lo que toda mujer desearía: buena salud, dinero, una familia poderosa, dos hermosos hijos, el trabajo perfecto, la casa de sus sueños y a su principe azul.

Desde el día que lo conoció sabía que sería el hombre con el que quería pasar el resto de sus días, sentía una conexión especial entre ellos dos y todo había sido perfecto desde entonces.

Ella de buena estatura, buen cuerpo, cabello oscuro, ojos color miel y una tes tono vainilla envidiable. Le gustaba vestir con ropa exclusiva, zapatos de diseñador, accesorios finísimos y auto del año pero no era lo material lo que la hacia la mujer perfecta sino lo que era ella por dentro y por todo lo que había tenido que pasar para llegar a donde estaba.

Él bronceado, de cuerpo atlético, ojos tostados, sonrisa encantadora y un carisma siempre elevado. Su corazón era de lo que presumía, ser una persona sincera se decía pero ella descrubió que no era así tiempo después.


Ella lava traste en la cocina de su casa pensando en que tenía que hacer después. Un relampago de imágenes le borran sus pensamientos para darke kugar a los recuerdos. Ve la cara de él en su mente ella sonrie y se abochorna. Siente sus manos, un escalofrio recorre su espina dorsal. Siente sus besos en el cuello, sus ojos se cierran derramando placer, siente su aliento que le enchina la piel. No hay nada más dulce que eso.

Termina de lavar los trastes, seca sus manos, apaga la luz de la cocina y se dirige al estudio. Abre la puerta y su esposo esta sentado en la silla del escritorio al fondo del salón. La mira entrar con ojos de deso la desviste con la mente y siente ganas de explotar. Ella se acerca a su esposo y se sienta sobre sus piernas. La besa. En su cabeza la imagen de él, en su cuerpo las manos de su esposo. Se besan durante mucho tiempo seduciendose el uno al otro haciendo emerger un extasis incontenible por los dos. Las manos de su esposo se dirigen entre sus piernas. Para ella no era lo mismo pero podía imaginar que no era su esposo quien le haría el amor.

17/6/10

Playboy drop


Hacia tanto tiempo qe no estaba junto a ti y sentia escalofrios qe me recorrian el cuerpo entero. La música se metia en mi medula y mis emociones se elevaron hasta llegar a ese extasis musical qe solo se siente estando en pluton. Me invadieron toda clase de imagenes: las plantas bailaban a nuestro alrededor y las luciernagas parecian gente o era al reves? Mis manos se derretian en tus manos i nuestras miradas se deslizaban una al lado de la otra fusionando ese humo de colores qe emergia del suelo. La noche no acababa, el tiempo se detenia a admirar el cuento fantastico qe nuestros cuerpos i mentes formaban. qe habran pensado las nubes al vernos bailar? el amor sigue ahi o apenas esta por acabar? donde qedan esas cosas qe alguna vez pasaron, qe tuvimos? se qedan enterradas en ese baile eterno donde mis manos tocaron tu cuerpo, tu aroma bailaba en el aire i io entre tus dedos.

21/4/10

Asunción de ti


1
Quién hubiera creído que se hallaba
sola en el aire, oculta,
tu mirada.
Quién hubiera creído esa terrible
ocasión de nacer puesto al alcance
de mi suerte y mis ojos,
que tú y yo iríamos, despojados
de todo bien, de todo mal, de todo,
a aherrojarnos en el mismo silencio,
a inclinarnos sobre la misma fuente
para vernos y vernos
mutuamente espiados en el fondo,
temblando desde el agua,
descubriendo, pretendiendo alcanzar
quién eras tú detrás de esa cortina,
quién era yo detrás de mí.
Y todavía no hemos visto nada.
Espero que alguien venga, inexorable,
siempre temo y espero,
y acabe por nombrarnos en un signo,
por situarnos en ualguna estación
por dejarnos allí, como dos gritos
de asombro.
Pero nunca será, Tú no eres ése,
yo no soy ésa, ésos, los que fuimos
antes de ser nosotros.
Eras sí pero ahora
suenas un poco a mí.
Era sí pero ahora
vengo un poco de ti.
No demasiado, solamente un toque,
acaso un leve rasgo familiar,
pero que fuerce a todos a abarcarnos
a ti y a mí cuando nos piensen solos.

2
Hemos llegado al crepúsuculo neutro
donde el día y la oche se funden y se igualan.
Nadie podrá olvidar este descanso.
Pasa sobre mis párpados el cielo fácil
a dejarme los ojos vacíos de cuidad.
No pienses ahora en el tiempo de agujas,
en el tiempo de pobres desesperaciones.
Ahora sólo existe el anhleo desnudo,
el sol que se desprende de sus nubes de llanto,
tu rostro que se interna noche adentro
hasta sólo ser voz y rumor de sonrisa.

3

Puedes querer al alba
cuando ames.
Puedes
venir a reclamarme como eras.
He consevrado intacto tu paisaje.
Lo dejaré en tus manos
cuando éstas lleguen, como siempre,
anunciándote.
Puedes
venir a reclamarme como eras.
Aunque ya no seas tú.
Aunque mi voz te espere
sola en su azar
quemando
y tu sueño sea eso y mucho más.
Puedes amar al alba
cuando quieras.
Mi soledad ha aprendido a ostentarte.
Esta noche, otra noche
tú estarás
y volverá a gemir el tiempo giratorio
y los labios dirán
esta paz ahora esta paz ahora.
Ahora puedes venir a reclamarte,
penetrar en tus sábanas de alegre angustia,
reconocer tu tibio corazón sin excusas,
los cuadros persuadisos,
saberte aquí.
Habrá para vivir cualquier huida
y el momento de la espuma y el sol
que aquí permanecieron.
Habrá para aprender otra piedad
y el momento del sueño y el amor
que aquí permanecieron.
ESta noche, otra noche
tú estarás,
tibio estarás al alcance de mis ojos,
lejos ya de la ausencia que no nos pertenece.
He conservado intacto tu paisaje
pero no sé hasta donde está intacto sin ti,
sin que tú le prometas horizontes de niebla,
sin que tú le reclames su ventana de arena.
Puedes querer al alba cuando ames.
Debes venir a reclamarte como eras.
Aunque ya no seas tú,
aunque contigo traigas
dolor y otros milagros.
Aunque seas otro rostro
de tu h¿cielo hacia mí.

Ausencia de Dios

Digamos que te aljeas definitivamente
hacia el pozo del olvido que prefieres,
pero la mejor parte de tu espacio,
en realidad la única parte constante de tu espacio,
quedará para siempre en mi, doliente,
persuadida, frustrada, silenciosa,
quedará en mí tu corazón inerte y sustancial,
tu corazón de una promesa única
en mí qeu estoy eternamente sola
sobreviviéndote.

Después de ese dolor redondo y eficaz,
pacientemente agrio, de invencible ternura,
ya no importa que use tu insoportable ausencia
ni que me atreva a preguntar si cabes
como siempre en una palabra.

Lo cierto es que ahora ya no estás en mi noche
desgarradoramente idéntica a las otras
que repetí buscándote, rodeándote.
Hay solamente un eco irremediable
de mi voz como niña, esa que no sabía.

Ahora qué miedo inútil, qué vergüenza
no tener oración para morder,
no tener fe para clavar las uñas,
no tener nada más que la noche,
saber que Dios se muere, se resbala,
que Dios retrocede con los brazos cerrados,
con los labios cerrados, con la niebla,
como un campanario atrozmente en ruinas
que desandara siglos de ceniza.

Es tarde. Sin embargo yo daría
todos los juramentos y las lluvias,
las paredes con insultos y mimos,
las ventanas de invierno, el mar a veces,
por no tener tu corazón en mí,
tu corazón inevitable y doloroso
en mí que estoy eternamente sola
cobreviviéndote.


Mario Benedetti