Él caminaba y yo disfrutaba el deseo que me invadía de quitarle la vida. Con paso débil y borracho se acercó hacía una calle oscura. Yo conocía el lugar. Corrí con un bate en la mano y lo derribé por la espalda. Cuando estuvo en el suelo boca arriba y casi inconsciente de alcohol y del golpe miré por última vez en sus ojos sin alma, sin sentimientos. Me burlé de su destino y de su cara repugnante a mi vista. Le sonreí mientras destrozaba su cráneo.
1 comentario:
Si me latió
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