13/8/10

Muchas mas.......


Pensó que todo en su vida era perfecto pues tenía lo que toda mujer desearía: buena salud, dinero, una familia poderosa, dos hermosos hijos, el trabajo perfecto, la casa de sus sueños y a su principe azul.

Desde el día que lo conoció sabía que sería el hombre con el que quería pasar el resto de sus días, sentía una conexión especial entre ellos dos y todo había sido perfecto desde entonces.

Ella de buena estatura, buen cuerpo, cabello oscuro, ojos color miel y una tes tono vainilla envidiable. Le gustaba vestir con ropa exclusiva, zapatos de diseñador, accesorios finísimos y auto del año pero no era lo material lo que la hacia la mujer perfecta sino lo que era ella por dentro y por todo lo que había tenido que pasar para llegar a donde estaba.

Él bronceado, de cuerpo atlético, ojos tostados, sonrisa encantadora y un carisma siempre elevado. Su corazón era de lo que presumía, ser una persona sincera se decía pero ella descrubió que no era así tiempo después.


Ella lava traste en la cocina de su casa pensando en que tenía que hacer después. Un relampago de imágenes le borran sus pensamientos para darke kugar a los recuerdos. Ve la cara de él en su mente ella sonrie y se abochorna. Siente sus manos, un escalofrio recorre su espina dorsal. Siente sus besos en el cuello, sus ojos se cierran derramando placer, siente su aliento que le enchina la piel. No hay nada más dulce que eso.

Termina de lavar los trastes, seca sus manos, apaga la luz de la cocina y se dirige al estudio. Abre la puerta y su esposo esta sentado en la silla del escritorio al fondo del salón. La mira entrar con ojos de deso la desviste con la mente y siente ganas de explotar. Ella se acerca a su esposo y se sienta sobre sus piernas. La besa. En su cabeza la imagen de él, en su cuerpo las manos de su esposo. Se besan durante mucho tiempo seduciendose el uno al otro haciendo emerger un extasis incontenible por los dos. Las manos de su esposo se dirigen entre sus piernas. Para ella no era lo mismo pero podía imaginar que no era su esposo quien le haría el amor.