13/1/13

Viento.

Solía subir a esa colina y respirar aire fresco y escuchar como susurraba, a mi oído, el viento sus sinfonías.

Me sentaba a sentir el pasto con mis manos, a respirar profundo la esencia de las flores a mi alrededor. Olores dulces, podía sentir los colores en sus aromas. El ligero canto de las aves le hacían coros al viento. El pasto húmedo entre mis dedos, pequeños placeres.

Cerraba los ojos, escuchaba y sentía. Imaginaba. Me perdía en mis adentros. Imágenes de recuerdos invadían mi mente, ninguno concreto; flashes contínuos. Se me erizaba la piel, el viento la acariciaba. Seguía escuchando su música que, a momentos, parecía silencio eterno. Me agrada el silencio.

Abrir los ojos y admirar el cielo despejado me llenaba de alegría. Me gusta mirar las nubes. Las envidio por poder viajar a donde y como las mueva el viento. ¡Qué hermosos conciertos de viento se han de apreciar entre ellas!

Respiraba profundo, me invadía de ese viento. Me volvía música.

 Solía ser música en esa colina.    






Ayumi.