25/1/22

La distancia de los cuerpos.

Me mantuve oculta en la oscuridad mientras mi vida pasaba por mi mente en segundos, pensé en él. Cerré mis ojos y deseé que nada de esto estuviera pasando. Me acosté en posición fetal y le lloré,  me lloré. Recordé todos los momentos de enojos y cada una de mis alegrías. De fondo gritos escalofriantes dentro de un silencio eterno. Creí que estaría segura y me tape los oídos. Después de 4 días caí en un profundo sueño.
Nada había cambiado sin embargo no estaba en el mismo lugar. Me levanté desconcertada y miré alrededor. En el piso yacías inmóvil, frío. Desperté.
Por alguna parte entró la luz del sol, solo un pequeño rayo que alcanzó a alumbrar mi frente. Me asomé solo un poco, no había ruido. Fue escalofriante. Salí de mi escondite y miré la plaza llena de sangre y cuerpos sin vida. Brazos, piernas, uno que otro dedo y ojos regados por todo el piso. La sangre adornaba, espesa y asquerosa, todas las ventanas de los negocios.Yo estaba sola.
Esquivando los restos humanos y con sentimientos encontrados tenía que asomarme a alguna de las tiendas, moría de hambre. Caminé unos 10 cuerpos, dos brazos y tres piernas hasta llegar a un minisúper. Todo seguía en silencio. Una de las puertas estaba abierta, los ventanales teñidos en rojo y creo haber visto un pedazo de alguien colgando del anuncio de afuera. Me asomé y no alcancé a distinguir nada peligroso. Encendí unas cerillas y entré. Tomé una bolsa plástica y me dirigí directo a las latas mientras, de nuevo, esquivaba pedazos de ellos. Los estantes no estaban lejos, quizá unos dos o tres cuerpos después de la puerta. Cogí unas cuantas latas, unas cajas de chocolates y me fui un poco más lejos por unas botellas de agua. Tomé unas cajetillas de cigarros y salí. Lo había logrado. Regresé hacía donde estaba escondida. No sentí hambre. Encendí mi cigarrillo y volví a pensar en él. A lo lejos alcancé a distinguir que algunos caminantes comían mientras la víctima aún gritaba y agonizaba lento. El miedo se volvía un estado definitivo. No tenía música, los gritos se volvían la única melodía. Cerré los ojos y tapé mis oídos. Recordé su voz. ¡Bastardos hijos de puta! Me quedé sola.
Tres cigarrillos pasaron hasta que escuché como se acercaban varios de ellos. Me escondí. Fue horrible ver como seis de ellos se devoraban a esa señora, se la comían poco a poco. Ojalá hubiera muerto pronto. Mis sentimientos iban pudriéndose dentro de mí. Las lágrimas brotaron exponiendo mis recuerdos al viento. Cerré los ojos y lo vi, frente a mí acariciando mi rostro y hablando de amor. No podría salir. Dormí. En mitad de la noche me despertaban los gritos desesperados de las personas que querían escapar de las garras de esas cosas. Quizá no estaba cerca de mí pero en la ciudad había tal silencio que a kilómetros se escucharía si me arrancaban los miembros.
Por la mañana, otra vez, el silencio mecía las nubes en el cielo. Decidí salir. Bebí un poco de agua, abrí una lata de atún. Comí más a fuerza que de ganas y encendí un cigarrillo mientras brincaba cuerpos para salir de la plaza. Teniendo extremo cuidado pero ágilmente logré llegar a la salida después de cuarenta y cinco cuerpos contando las partes sueltas también. Estando en el estacionamiento alcancé a divisar quizá unos seis o siete caminantes que comían policías cerca de un teléfono público. Reí a carcajadas por dentro. Busqué con la mirada la patrulla y me acerqué esperando hubiera algún arma. La encontré. Jamás en la vida había disparado una escopeta ni un arma más pequeña. La tomé y revisé las municiones. Había unas cuantas municiones en la guantera y el arma estaba cargada con cuatro tiros. Los cogí y me alejé cuidadosamente. Salí del estacionamiento y caminé por la avenida intentando recordar alguna melodía para tararear en mi mente, me daba miedo hacer algún ruido que no fueran los de mis pasos. Encendí otro cigarrillo y era inevitable, en varios momentos, recordarlo haciéndome el amor o besando mi espalda. Con algunos pasos solté lágrimas que seguían despojándome de toda emoción. La idea era caminar hasta encontrar un lugar donde esconderme de noche. No sabía hacia donde estaba caminando solo me fijaba que en el camino no me tropezara con algún muerto o muerto vivo. Sin querer llegué hasta donde todo había iniciado para mí. Cuando alcé la mirada fue cuando me percaté de ello. Estaba a unos 5 cuerpos de donde él había muerto y ya no estaba. Fue en ese instante que recordé su voz llamándome AMOR y diciendo te quiero. Así lo recordé. Encendí mi cigarrillo, le di dos fumadas y escuché pasos. Gruñidos desconcertantes y estremecedores. Nunca había sentido tanto miedo. Iban por mí, sin duda. Volteé y lo vi ahí frente a mí sin un ojo y con una gran mordida en la cara y en las costillas. Ya no era él. Después de esto no volveré a llorar. Tomé la pistola, cargué. Corrió gritando hacia mí para atacarme. Jamás olvidaré el sonido de su cráneo al estallar. Grité por dentro ahogando mi dolor y me tiré al suelo.
Mis manos tiemblan mientras escribo esto. En verdad ya no está. Me quedé sola.

15/1/17

Letter thru years...

Letter thru years...

"You, who disown the gargatuan flame burning inside you, that ceaseless rush with which you embrace the sublunary world, the mystical aura with which you flows in the seas, the eternal priviledge with which you unwrap in the wind, the power nourishing you form the farthest of the cosmos and create the core of your stars.
You, guilty of making the righteous take up weapons and ride to the rescue of the poverty-stucks and treasure trove the maximun fortune, guilty of proving there's no impenetrable castle nor unweaving mall if it's besieged by an army of two. 
You, who have diminished my fear of light without uncovering me of darkness, who have made me got out of my infernal caves seeding strange feelings i've never thought i'll taste, of those feelings i doubted were the reason of an ilution created by disdain of reality or of only just a fantasy. 
You, charming gypsy, sorcerer of Crono's domains and Hades's emperor, mistress of the sole zones where humans can reach freedom...
You, owner of my soul and solitude, caretaker of my darker and bitter side... To you I mightily request you exercise your will with the great dowry that has been bestowed upon you full of mysticism and clarivoyance to spread out that glorious freedom and magnanimous justice to blind humans. 

Forever grateful. Ayumi Jane."

24/10/16

Corta Historia

No fue la lluvia torrencial que cayó aquella noche la que me hizo extrañarte ni pensar que te había extrañado antes de esa noche. Se suele confundir el pensar en alguien y extrañar a alguien... no es lo mismo.

Pienso en ti constantemente. El sonido penetrante de las hebillas de tus botas que lograban opacar la sinfonía natural del viento cuando caminábamos por la ciudad, el brillo imaginario que solía tener tu sonrisa cuando, al charlar, nos dábamos cuenta de las mil y un cosas de las que podíamos platicar sin aburrirnos ni un instante... En las mareas profundas de tus cabellos en los que mis dedos podían nadar libremente sin correr peligro en las tormentas de tu oscuro pelo y en la sensación que invadía a mis manos el sentirte disfrutarlo. Pienso en tu boca y en la perspectiva tan linda que tiene mientras te miraba recostada en tu pecho y te escuchaba platicar de todo y de nada y yo entendía todo lo que decías aunque no dijeras nada. Pienso en lo imponente que eres frente a la gente, en como te miran al hablar, atentos. Pienso en como miras, como tus ojos forman todo un planeta distinto sólo por hacer lo que quieran y de pronto disuelven el mundo existente y a las personas que lo conforman y queda sólo lo que tus ojos miran y arden, arden y llueven. Pienso en como sonabas cuando te arreglabas frente al espejo y como sonabas frente a mí, detrás mío, debajo mío, lejos de mí. Pienso en ti repitiendo mi nombre. Pienso en ti llamando y esperando por mí. Pienso en ti sin poderte tocar, deseable e imposible y pienso en ti derretido con tu cuerpo entre mis manos diluido en deseo e impotencia. Pienso en tus ojos volviéndose Alba mientras mirabas mi espalda y en como te transformabas en atardecer. Pienso en ti en el vacío oscuro de una habitación que no conozco. Pienso en un tú en el vacío intenso de mi habitación, un oscuro tú qué desconozco. Pienso en ti en el beso matutino del café y en la marca que dejan los labios en la orilla de la taza y cuando espero veinte minutos en la fila, me quedo riendo pensando en que tú ya te hubieras largado de aquel lugar. Te pienso en los desayunos del domingo y en las pláticas profundas que terminaron en besos y dulces de menta. Pensaba en ti perdido entre la gente y riendo de quien sabe que cosas mientras te miraba esperando que lo notases.
Nunca pasé una noche de lluvia contigo pero esa tormenta te trajo consigo. Curioso e inesperado, como tú. Esa noche la lluvia no olía a tierra mojada. Esa noche olía a ti. Olía a tu café de la mañana, al licor de tu boca nocturna, a ti al salir de la ducha, a ti siendo tú entre el mundo que nos rodea. Esa noche, después de la tormenta, el cielo quedó claro y las estrellas fueron tus ojos mientras charlábamos, fueron el brillo de tu boca en mi perspectiva desde tu pecho, fue el beso, tu beso, tus besos. No fue ni la noche ni la tormenta, fue el inexistente tú, el eterno tú, el incontrolable tú, el misterioso tú y el tú en mí lo que me hizo extrañarte. 

Ayumi Jane.

6/10/15

Cuerpos terrenales.

Ya no hay amor a la noche, ya la luna no es mirada igual, ya las calles no traen deseo consigo ni hay belleza en lo grotesco, sigue grotesco; ya no pertenecemos a nada.
Nos hemos encerrado en nuestra burbuja de confort para no darnos cuenta que somos el cambio, nos encerramos para no ser parte de él y que  no se altere nuestro entorno. ¿ A qué nos aferramos realmente? No tenemos nada. Lloramos porque creemos que debe doler, reímos porque creemos que debemos reír, intentamos sentir porque creemos que es lo que sigue pero dentro no hay nada. Nadie cree en leer y me quedo falta de palabras por ello; besan y son faltos de emociones... todo es predeterminado, están vacíos.
Lloro porque no quiero no sentir, soy intensa porque necesito seguir sintiendo para seguir perteneciendo a mí y no a ellos. Perderme, irme con el viento que sopla en mí pero escalda sus caras. Quiero seguirme dejando en las tibias noches de mi acogedor infierno donde todo pierde sentido, a veces hasta yo.
Siempre he estado tan llena y tan vacía y muchas veces he intentado vaciar y llenarme y volver a vaciarme y así tener la oportunidad de llenarme de nuevo. ¿Dónde estoy? ¿Quién soy? ¿En cuál de todas mis máscaras terminaré transformándome para dejar a mi YO vagando en el limbo astral de la sociedad? Me lleno de momentos y de recuerdos porque no hay nada y me aferro a todo porque quiero sentir, necesito sentir y seguir sintiéndome viva.

Peras al olmo.

Fui yo la única que le sacó peras a tu olmo, nunca temí arder en tus infiernos ni bombardear tus murallas para construir monumentos en tus constelaciones. Jamás dudé lanzarme a tus agujeros negros mientras reflejaba mis locuras en tus manos y derramaba mis agonías en tus muslos. Me ahogué en el mar de tus dudas e intenté llenar de placer a esa bestia que cautelosamente aprisionabas en una jaula de oro.

Siento que me seco y que me pierdo y que me muero de sobredosis, mi alma aún no ha aprendido de puntos medios.

A mi bosque le falta tu invierno,
a mi cuerpo, tus manos frías,
a mi locura, tus dudas,
a mis noches, tus manías.

Estoy tan llena y sigo aquí con las manos vacías.

Ayumi Jane.

3/9/15

Me ahogo y me zambullo dentro de tus recuerdos. Maldita agonia vibrante en mis manos, caóticas fantasías, masticados recuerdos por los monstruos que me atormentan. Estamos fuera y dentro sin quererlo, aún sientes tanto como yo te pienso.

30/8/15

De una noche.

NO,
no quiero quedarme
adherida a tus implacables
miradas
no quiero perderme
entre tus ardientes caricias
no quiero pensarte
en el silencio mortífero
mientras mis ansiosos
muslos se abren
para esperarte.

No quiero ser
la cegadora luz
al final de tus mentiras esmeralda
ni la brillante luna azul
que ilumina tu estepario andar
no quiero beber a tu lado
el negro y caliente café
ni el vino tinto de las cinco
no quiero ser
botón de primavera
ni tu ardiente sol veraniego
ni tibio abrigo de otoño
ni hogareño fuego de invierno.

No,
no quiero rescatarte
de las pesadillas sociales
no quiero agregarte+
a mis fantasías celestiales
no quiero ser alfil
ni caballo
ni reina
no quiero ser torre
ni artillera
no,
ahora que te tengo
prendido a  mi cadera
encendiendo mi alma
no quiero ser todo ni
quiero ser nada.
No quiero
ser
no quiero ser.

No quiero que seas
dueño
de mis hojas
de mis ramas
de mis frutos
de mis besos.
En la cima agónica de tus manías
no quiero ser el girasol
que con el alba germina.
No,
no quiero ser yo la perdida
dentro de tus eternos fiordos
ni ser el dragón que muere
bajo el fiero yugo
de tu incesante espada
porque dentro de tus ojos
me reflejo
en su azogue como espejos
y me creo la mentira
de que soy todo para ellos.

No,
no quiero ser el caldero
burbujeante
no quiero ser
el bosque encantado
poco tengo ya
para, después de todo,
volverme un ser devorado
no, no quiero despertar
con el canto de tu sexo
ni volverme el manantial
donde calmar
la emética sed de tu alma.

No,
no quiero. Paga y vete.



Ayumi Jane. 

29/5/15

Reloj.

Tiempo. amante cautivo de los enamorados. Ave furtiva que va de nido en nido dejando su huella por donde vuela, por donde pisa. Ave de rapiña que persigue la carne antes de la putrefacción sobrevolando cualquier ser, cualquier alma, cualquier cuerpo.Sólo los pasos parecen controlar el tiempo. Cada que te vas parece ir más lento y al sentir tu llegada parece que no lo hay, que vuela de nuevo. Ave del paraíso de infinitos colores al sol que pinta de arte la espera interminable. Tiempo. Feroz manantial que inunda mis manos de nostalgias y que empapas mi locura con tu metrónomo nocturno. Árbol de frutos rojos que engalanas mis primaveras con las ansias de la llegada de las flores en mi pecho. Tierra mojada que apendejas con tu aroma mis más oscuros recuerdos. Tiempo, nos faltas, me sobras, lo alejas.

Ayumi Jane.